Abordaje terapéutico en Santa Faz
Conacmi es una organización especializada en crear condiciones para la protección integral de la niñez, adolescencia y juventud, que desarrolla acciones desde hace 26 años. Uno de sus proyectos se enfoca en la comunidad de Santa Faz, área urbana aledaña a la Ciudad de Guatemala, estigmatizada y señalada como zona roja por la presencia de las denominadas maras o pandillas, que generan violencia en contra de la población.
En este contexto CONACMI impulsa procesos desde el 2016, los cuales siguen tres ejes estratégicos: desarrollo comunitario; atención psicosocial; empleabilidad y emprendimiento. Se favorece el desarrollo comunitario a través de la coordinación interinstitucional con líderes comunitarios locales, cuáles: docentes de las escuelas, municipalidad, Centro de Salud, COCODE y representantes de instituciones de gobierno. Se brindan seguimientos psicológicos individuales y grupales a las familias, los jóvenes y mujeres que han sido víctimas de violencia, fomentando espacios en donde su voz pueda ser escuchada. De hecho, la sede de Conacmi en Santa Faz representa un espacio seguro para los beneficiarios, en donde es posible construir nuevas narrativas que tomen el punto de vista de las voces normalmente silenciadas de la sociedad. Otro componente, que ha permitido generar oportunidades que cambian vidas, son los procesos de formación ocupacional dirigidos a los jóvenes y adolescentes, que han conllevado a una mayor resiliencia comunitaria y a una mayor inserción laboral.
Por otro lado, la pandemia llegó a Guatemala en el mes de Marzo del 2020, alterando drásticamente las certezas de los ciudadanos y de las ciudadanas. Al respecto, es importante especificar que la cuarentena constituye un factor de riesgo sobretodo para las personas que viven contextos familiares conflictivos, ya que la posibilidad de vivir violencia intrafamiliar aumenta inevitablemente. A pesar de las dificultades, Conacmi aceptó el reto de poder reinventar nuevas metodologías para poder llegar a la comunidad de forma virtual y en ningún momento de la pandemia detuvo sus acciones. En particular, el desempeño y la pasión invertidas en el trabajo en Santa Faz han sido reconocidos y premiados a través de la participación de una de nuestras psicólogas, Carola Battistelli, en el IV Congreso Nacional de Psicología en Guatemala, oportunidad que permitió resaltar el trabajo de equipo llevado a cabo en estos meses.
El proyecto en Santa Faz durante la pandemia se ha desarrollado en distintas etapas. En primer lugar, el equipo ha realizado un análisis del contexto, o sea un monitoreo de la comunidad, para averiguar qué cambios había experimentado durante la crisis y cómo se encontraba, desarrollando así acciones que fueran de la mano con las exigencias evidenciadas. En la segunda fase, se han coordinado acciones de ayuda humanitaria y acompañamientos en salud para la población más en riesgo. Sucesivamente, se ha desarrollado una metodología de atención psicosocial a distancia, caracterizada por la creación de grupos virtuales terapéuticos, formativos y de empleabilidad. Además, se han brindado seguimientos individuales, talleres psicoeducativos y lúdico-corporales por medio de plataformas virtuales cuáles Whatsapp, Facebook y Zoom, favoreciendo también cineforos relacionados a las temáticas abordadas en los distintos grupos.
Se eligió para el seguimiento a la población considerada en alto riesgo de sufrir violencia en la familia y/o que haya acudido al equipo anteriormente por problemas relacionados a la temática. Actualmente existen 5 grupos terapéuticos dedicados a: padres, madres y encargados (51 beneficiarios); jóvenes y adolescentes (47); mujeres víctimas de violencia (8). El área de emprendimiento sigue avanzando apoyándose de capacitaciones virtuales para 45 jóvenes, brindando videos relacionados a distintas habilidades y apoyando a 10 jóvenes por medio de becas de Q1000 para comprar los materiales necesarios para empezar su propio negocio. También existe un grupo de PRONEA, resultado de una estrategia del Ministerio de Educación, que busca brindar la oportunidad de seguir estudiando a adolescentes y jóvenes que no fueron inscritos en el ciclo escolar regular. De igual forma, existe un grupo ulterior de adolescentes y jóvenes que hace parte de la estrategia “Espacios Amigables” del Ministerio de Salud, donde se busca capacitar a los jóvenes en diferentes temas, entre ellos la prevención de los embarazos a temprana edad.
En los grupos terapéuticos se abordan temáticas relacionadas a: prevención del virus, promoción del bienestar individual y familiar, prevención/erradicación de la violencia intrafamiliar, formación respecto a temas de interés psicológico. Los objetivos primarios son apoyar y empoderar a cada grupo, poniendo el énfasis en “el aquí y el ahora” y abandonando progresivamente la visión individual e intrapsíquica del malestar, buscando explicaciones y formas de intervención en el ámbito de la relación individuo-ambiente. En cada grupo, de una forma siempre muy peculiar y única, se ha abierto un espacio de escucha, un lugar reservado y protegido, donde llevar libremente las partes frágiles de sí, las necesidades, los deseos, imaginando y elaborando otras modalidades de existencia.
Por lo tanto, aunque con distintas modalidades, el proyecto en Santa Faz sigue impulsando programas de prevención e intervención destinados a desarrollar una educación contra la violencia, aprendida y naturalizada por mucho tiempo. Este trabajo comunitario desarrollado a distancia ha sido de suma importancia ya que la cuarentena ha negado sistemáticamente la inevitable “necesidad del otro” y la condición del “estar juntos”, con consecuencias relevantes en la salud mental de los individuos. En este sentido, la intervención realizada en grupos virtuales ha resultado ser una herramienta poderosa, ya que ha sido una manera para romper el aislamiento, experimentar la fuerza que conlleva el apoyo compartido y el sentirse conectado con el otro, promoviendo una cultura de ternura y brindando herramientas para que los individuos sigan siendo protagonistas de su propio bienestar.
De hecho, el proyecto en Santa Faz da la oportunidad a los beneficiarios de expresarse sin vergüenza y darse cuenta que la propia voz hace parte de un único grito grupal, que es sin duda más fuerte que el grito silenciado que vivimos cuando estamos solos y desconectados del mundo. Se ha apostado completamente al trabajo en grupo, favoreciendo la “contamin-ación” entre “gener-aciones” para dar vida a “acciones” tanto individuales como colectivas.
Las personas que tienen historias en común saben de dónde vienen, quiénes son y a dónde van, son en última instancia una comunidad. Nosotros creemos que dar voz a las narrativas menores y promover la producción de nuevas narrativas sean las bases de legitimación del cambio, y que la comunidad pueda ser el antídoto para promover un mayor bienestar y combatir los daños psicológicos de la pandemia. Esperamos que este trabajo pueda ser de inspiración y que pueda ser mejorado continuamente, en nombre de una psicología que sea útil y accesible a todas las comunidades.
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